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martes, 14 de abril de 2020

El filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955).

El filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955).

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José Ortega y Gasset (Madrid, 1883-1955), pensador y escritor, una de las figuras más importantes de la filosofía y el ensayo en la España contemporánea. De familia acomodada, estudió en Madrid y Alemania, y tras unos inicios titubeantes alcanzó en los años 10 una extraordinaria madurez de pensamiento y un estilo literario afinado que le auparon a la cumbre de la filosofía española de su tiempo, desde su cátedra de Metafísica en la Universidad de Madrid, sus diario "El Imparcial" (de propiedad familiar) y "El Sol", y su proyecto editorial de la "Revista de Occidente" (1925). En los años 20 era uno de los filósofos vitalistas de moda en Europa y América, y en los años 30 se convirtió en una figura política liberal de gran influencia. No quiso decantarse inicialmente por ninguno de los dos bandos en la Guerra Civil, por rechazar tanto el comunismo como el fascismo, y se exilió en América, pero al fin aceptó el franquismo, con la esperanza de que acabara al final de la guerra mundial y volviera un régimen liberal. Pero sus últimos años en la España de Franco fueron de exilio interior.
Sus numerosas obras, la mayoría ensayos que reúnen y corrigen sus artículos, forman un cuerpo filosófico poco sistemático que aborda los temas políticos, sociales y culturales fundamentales de su tiempo, como muestran sus libros ‘La rebelión de las masas’ y ‘España invertebrada’. La filosofía vital (o raciovitalismo) de Ortega afirma que la realidad (y en ella destaca la vida, la realidad radical) es previa al pensamiento, que analizará esa realidad y esa vida que le son preexistentes. Sus numerosos discípulos difundieron sus ideas, pero en los años 50 y 60 fueron quedando en el olvido, perdido el impulso de su poderosa personalidad.

El filósofo Fernando Savater considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega es un pensador laico: ‹‹Creo que Ortega es un autor discutible. Lo digo como un mérito, porque en filosofía los autores indiscutibles, es decir, aquellos que hay que aceptar o rechazar tal como vienen porque no admiten la tarea de la argumentación racional (como Heidegger, por ejemplo), suelen servir para poco o para demasiado. Ortega además es un semillero de ideas, incluso contra sus más caras conclusiones: tanto si le seguimos como si adoptamos la dirección opuesta, siempre abre trocha. O sea, que nunca se le lee en vano. Y además es un pensador laico: ¡en esta España nuestra, qué bien, loado sea Dios!››

La filósofa Beatriz Sarlo considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega define la emoción de las masas: ‹‹Para gente como yo, formada en los años sesenta del siglo XX, hubo puntos ciegos, ignorancias cuidadosamente practicadas. Una de ellas fue Ortega y Gasset. La cultura y la teoría francesa dominaban nuestra formación y nuestro imaginario. Barthes, Lévi-Strauss, Althusser, la revista Tel Quel. Ortega no pertenecía a ese mundo. Mi primera sorpresa fue que Pierre Bourdieu lo citara. Leí ‘La rebelión de las masas’ y me di cuenta de que ese gran ensayo encaraba la cuestión social y cultural que preocupó al siglo XX. Hace poco, en Harvard, me emocioné frente al manuscrito de una carta que Ortega y Gasset había enviado a Victoria Ocampo, su gran amiga. Tarde llegaste a Ortega, me dije.››

El filósofo Antonio Valdecantos considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega no es un pensador castizo: ‹‹En España son multitud las disputas —inteligentes o banales— en las que se acaba recurriendo a Ortega. Nada tiene de extraño que así ocurra, porque Ortega selló con su impronta toda la historia intelectual española del siglo XX. Pero ha hecho falta que la categoría de vida pase al primer plano del interés (a partir de las discusiones francesas e italianas sobre la biopolítica) para que se haga urgente otra manera menos castiza de leer a Ortega: la de un eslabón imprescindible en la cadena que une a Nietzsche y a Bergson con Foucault, con Agamben o con Esposito. Un eslabón cuya marca de origen nacional ya es, ciertamente, lo de menos.››

La filósofa Marina Garcés considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega debe ser estudiado como un pasado necesario: ‹‹El primer libro que me regalaron, cuando decidí estudiar filosofía, fue ‘Ideas y creencias’, de Ortega. Aún lo tengo subrayado con esmero y sorpresa. Después fui leyendo otros y, con ellos, un ensayo tras otro de María Zambrano. Aún no había terminado primero de carrera cuando este camino de descubrimientos se interrumpió. Se impusieron los autores a estudiar y los autores a descubrir. Me parece importante que se editen y se discutan los textos de autores como Ortega por una razón: más allá de su obvio interés, en este país no leemos nunca a las generaciones anteriores. Ni viceversa. Hay un solipsismo generacional que en cada periodo acaba teniendo consecuencias históricas devastadoras.››

La filósofa Amelia Valcárcel considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega inventó el lenguaje filosófico: ‹‹Ortega, que es uno de los grandes, trabajó en un momento crítico de la historia española y eso alteró su recepción durante el franquismo. Yo conocí a gente que se declaraba antiorteguiana y que era, por el contrario, neoescolástica. Otro de sus problemas es que la filosofía que se hace en los años veinte ­—la suya está muy marcada por Simmel— y la que se va a hacer en los años setenta —neomarxista y analítica sobre todo— no se parecen en nada. Ahí no tuvo lugar. No obstante, le debemos dos cosas importantísimas: 1) fabricó de arriba abajo el vocabulario filosófico español, algo que el castellano, por falta de tradición, no tenía; 2) abrió el pensamiento español a tradiciones foráneas a las que se había resistido.››

El filósofo Javier Gomá considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega no es un genio pero sí un gran talento: ‹‹Es el talento más grande que ha tenido el pensamiento —diría incluso la literatura— español. Ortega es un talento supremo sin genio. Entendiendo por talento la inteligencia y la capacidad de asimilar, componer y exponer las ideas de otros. Y entendiendo por genio la capacidad de alumbrar ideas nuevas. Su gran aportación es más sociológica que filosófica y se relaciona con la teoría de las élites y la sociología de masas. Pero antes que filósofo o sociólogo, es el gran educador de España, a la manera de Goethe en Alemania o Rousseau en Francia. Esa persona que compendia el saber de su época y civiliza a todo un pueblo en una dirección positiva.››

La filósofa Adela Cortina considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega es un legado irrenunciable: ‹‹La herencia de Ortega sigue siendo estimulante. Su diseño de una razón vital, histórica y narrativa; la concepción de la ética como moralita, que es un explosivo tan potente como la dinamita, y no moralina empalagosa; la convicción de que la moral es aspiración y proyecto, y no un arma arrojadiza que sirve para tachar a los demás de inmorales; la idea de la técnica como adaptación creativa del medio al hombre; la necesidad de cultivar la excelencia en la vida pública para construir una buena política, especialmente un auténtico socialismo liberal; la visión de una España indeclinablemente unida a Europa y tantas otras propuestas constituyen un legado irrenunciable.››

El filósofo César Rendueles considera en Para leer sin prejuicios [“El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017)] que Ortega es un pensador dominado por el ansia de comprenderlo (y opinar de) todo: ‹‹Creo que Ortega y Gasset pagó el precio de fingir que era un intelectual europeo convencional —capaz de simultanear una actividad académica intensa con las intervenciones responsables en la esfera pública— en un país donde tal cosa era imposible. Algunos de sus escritos filosóficos más técnicos, como ‘La idea de principio en Leibniz’, son muy buenos y, por supuesto, como ensayista podía resultar muy iluminador. Pero también es cierto que a menudo su obra está por debajo de su talento y seguramente no es exagerado considerarlo el padre fundador de esa disciplina intelectual tan vigorosa en nuestro país: la todología.››


FUENTES.
Internet.


Grabaciones.


Grabación de Ortega: La vida es quehacer. Seis minutos.


Libros.
Ortega y Gasset, José. Obras completas (Tomo VI): 1941-1955. Taurus. Madrid. 2006. 1.000 pp. Reseña de Molinuevo, José Luis. Un Ortega en estado puro. “El País”, Babelia 786 (16-XII-2006) 18.
Ortega y Gasset, José. La velocidad del pensamiento. “El País” Babelia 830 (20-X-2007) 12. Fragmento del Vol. VII de Obras completas.
Ortega y Gasset, José. La idea de principio en Leibniz. Edición de Javier Echevarría, con ensayos introductorios de Concha Roldán y Jaime de Salas. Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón. 2021 (1947). 744 pp. Gómez Pin, Víctor. El reto mayor de Ortega. “El País” Babelia 1.532 (3-IV-2021). Su gran reto fue hacer filosofía en español, un idioma preterido respecto a otros en filosofía. / Reprod. de cuatro pasajes: La filosofía: su radicalidad y su fracaso. Leibniz, el primer pensador occidental pesimista. Sobre la verdad y los sentidos. Crítica a Heidegger. “El Cultural” (2-IV-2021).

Libros de otros
Aguilera Cerni, Vicente. Ortega y D'Ors en la cultura artística española. Raycar. Madrid. 1966. 165 pp.
Cerezo, Pedro. José Ortega y Gasset y la razón práctica. Biblioteca Nueva-Fundación Ortega y Gasset. Madrid. 2011. 423 pp. Reseña de Muñoz, Jacobo. “El Cultural” (17-VI-2011) 21.
Morán, Gregorio. El maestro en el erial. Tusquets. Barcelona. 1998. 541 pp. El retorno de Ortega a España (1945-1955) y su decadencia. Un trabajo periodístico, con numerosos errores.
Villegas, Gil. Los profetas y el mesías. Lukács y Ortega como precursores de Heidegger en el Zeitgeist de la Modernidad (1900-1929). FCE. México. 1997. 556 pp.

Zambrano, María. Escritos sobre Ortega. Edición e introducción de Ricardo Tejada. Trotta. Madrid. 2011. 308 pp. Reseña de Muñoz, Jacobo. “El Cultural” (2-XII-2011) 23.

Artículos de otros.
Britt Arredondo, Christopher. Ortega y la dominación del arte. “Quimera” 150 (IX-1996) 56-60.
Zamora Bonilla, Javier. In memoriam de Soledad Ortega Spottorno. La primera orteguiana. “El País” (25-XI-2007) 66.
Rodríguez Marcos, J. Una galaxia llamada Ortega y Gasset. “El País” (9-II-2011) 37. Publicadas sus Obras completas.
Cercas, Javier. Ortega, sin orteguianos y sin ortegajos. “El País” Semanal 1.977 (17-VIII-2014) 6. Celebra el libro de Jordi Gracia sobre Ortega, el mayor filósofo español del siglo XX.
Redacción. Orteguiana“El Cultural” (26-XII-2014) 16. Gracia explica su biografía sobre Ortega.
Morales, Manuel. Ortega, vínculo cultural entre continentes. “El País” (4-II-2016) 25. Un congreso internacional en la Fundación Ortega-Marañón en Madrid profundiza en el papel de Ortega como puente entre América y Europa: Los epistolarios de Ortega y las redes culturales europeas y americanas.
Aznárez, Juan Jesús. Ortega y Gasset murió besando un crucifijo“El País” (26-XI-2016).
Pardo, José Luis. Ortega después de Ortega. “El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017).
Gracia, Jordi. Intelectual intempestivo. “El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017).
AA. VV. Para leer sin prejuicios. “El País” Babelia 1.333 (10-VI-2017). Ocho filósofos definen a Ortega.

Morales, M. Los presagios de Ortega cumplen 100 años. “El País” (4-V-2022). Centenario de su ensayo ‘España invertebrada’ (una selección de un centenar de páginas de artículos publicados en 1920-1922), en el que advierte del peligro de los nacionalismos periféricos para el Estado.

Rodríguez Marcos, Javier. Para admirar ‘España invertebrada’ mejor no leerlo. “El País” (11-V-2022). Critica el nacionalismo racista y clasista de Ortega.

Ridao, José María. Citas a ciegas. “El País” (12-VI-2022). Critica el uso de frases de ‘España invertebrada’ (1922) fuera de contexto para explicar la Transición, obviando que en parte se nutría del racismo de Cecil Rhodes, ideólogo del apartheid. Ortega llega a defender una “purificación y mejoramiento étnicos” que produzcan “el mejoramiento de la raza”.

Arnau, Juan. El mito de la filosofía y la filosofía de un mito. “El País” Ideas 404 (5-II-2023). Un siglo de la publicación del tal vez mejor libro de Ortega, ‘El tema de nuestro tiempo’.

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