El filósofo esloveno Slavoj Zizek (1949).
El filósofo y psicoanalista esloveno Slavoj Zizek (Žižek) (Liubliana, Eslovenia, 21-III-1949) estudió filosofía en la Universidad de Liubliana y se doctoró en psicoanálisis en la Universidad de París VIII (Vincennes-Saint Denis).
Su carrera académica comenzó como investigador en el Instituto de Sociología de la Universidad eslovena de Liubliana y se ha desarrollado como profesor invitado en las universidades de Columbia, Princeton, New School for Social Research de Nueva York y Michigan, entre otras. En 1990 fue derrotado en las elecciones a la presidencia de la República de Eslovenia, un intento casi surrealista de compromiso político. En la actualidad es Director Internacional del Instituto Birkbeck para las Humanidades, en el Bikbeck College de la Universidad de Londres.
Zizek trata temas espinosos en la actualidad como el fundamentalismo religioso, la tolerancia, la subjetividad, lo políticamente correcto en la filosofía posmoderna, la política internacional y la sociedad en su conjunto así como a los líderes y sus posibles problemas psicológicos.
Su método para abordar estos problemas integra la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan con el pensamiento de Marx
Su atractivo estilo divulgativo explica el concepto más denso con una metáfora o un ejemplo extraído de la cultura popular, desde la obra de Alfred Hitchcock y David Lynch hasta la literatura de Kafka y Shakespeare, además de revisar autores olvidados actualmente por el mundo académico como Lenin, Stalin o Robespierre.
En una entrevista en 2011) se remonta a su libro El acoso de las fantasías (1997) para explicar que los medios audiovisuales pueden emborronar nuestra percepción de la realidad, y alaba la libertad que permite al individuo el acceso a las redes sociales: ‹‹Muchos se quejan de que Twitter o Facebook son comunidades artificiales, sucedáneos de la interacción humana cara a cara. Yo celebro estas comunidades artificiales; te permiten escapar de tu lugar asignado en la sociedad. Imagina vivir en un país como Arabia Saudí. Yo me sentiría liberado usando Twitter.››
Defiende los servicios públicos básicos: ‹‹Me interesan más otras cosas. Por ejemplo, los conceptos de posible e imposible. Hoy cualquiera con dinero puede viajar al espacio, cada mes anuncian descubrimientos contra algún tipo de cáncer, incluso se habla de avances para alcanzar la inmortalidad. Al mismo tiempo, en cada telediario, salen políticos y economistas explicando que no hay dinero para mantener la Seguridad Social. Vivimos una época que promueve los sueños tecnológicos más delirantes, pero no quiere mantener los servicios públicos más necesarios.››
Reivindica una sociedad inclusiva: ‹‹No estoy en contra del capitalismo en abstracto. Es el sistema más productivo en la historia. Me considero comunista, aunque el comunismo no sea ya el nombre de la solución, sino el del problema. Hablo de la lucha encarnizada por los bienes comunes. Las corporaciones intentan privatizar los recursos naturales, la biogenética o los conocimientos. El capitalismo actual se mueve hacia una lógica de apartheid, donde unos pocos tienen derecho a todo y la mayoría es excluida.››
Rechaza el ecologismo radical: ‹‹Me opongo por completo a lo que suele llamarse estilo de vida ecologista. Hablo de la gente que recicla, tiene paneles solares y compra comida orgánica. Leí hace poco un informe que demuestra que si todos siguiéramos esas pautas de consumo provocaríamos una catástrofe, ya que los artículos ecológicos son mucho más caros de producir. ››
Considera a la gran ciudad como la alternativa más ecológica: ‹‹La solución que ofrecían [los estudiosos que le merecen confianza] era que la mayor parte posible de la humanidad viviera apiñada en grandes ciudades. Así, todos los servicios serían más baratos. El sueño de todos de la casita en el campo o en las afueras puede acabar en cataclismo.››
Reclama el derecho al placer egoísta: ‹‹Hay que ser más hedonistas. El problema es que no nos centramos en lo que realmente nos satisface. Estamos atrapados en una competición malsana, una red absurda de comparaciones con los demás. No prestamos suficiente atención a lo que nos hace sentir bien porque estamos obsesionados midiendo si tenemos más o menos placer que el resto. En estos casos extremos, me gusta recurrir a los clásicos. Por ejemplo, Rousseau. Él veía el egoísmo como algo saludable. El único límite que ponía es que no es legítimo preferir el bien propio si causa un mal a otros. Los capitalistas actuales son fanáticos religiosos que defienden sus beneficios aunque traigan la ruina para millones de personas.››
Critica el ataque actual a las humanidades: ‹‹El Plan Bolonia es una catástrofe. La derecha quiere suprimir las humanidades. En vez de pensadores, quieren convertirnos en expertos que cumplan los encargos que las élites plantean. Me parece importante defender que los grandes problemas nos conciernen a todos. La derecha debería estar en contra del Plan Bolonia. Convertir la Universidad en una empresa es mucho más peligroso para Europa que el fundamentalismo islámico.››
Defiende la ‘revolución árabe’: ‹‹Me han sorprendido las revueltas en el norte de África. Europa nunca ha creído que los árabes fueran capaces de hacer una revolución democrática a gran escala, independiente de valores religiosos.››
Cuenta que si pudiera viajar en el tiempo escogería el siglo XIX para poder ser alumno de Hegel, del que admira su idea de la tesis-antítesis-síntesis: ‹‹Él demostró que cuando persigues una cosa se puede convertir en la contraria. En Occidente queremos libertad y dignidad, pero estamos dispuestos a abolirlas en nombre de esa misma búsqueda. Otro ejemplo: tenemos más poder que nunca sobre la naturaleza, pero nunca hemos estado más expuestos a catástrofes ecológicas.››
Se muestra posibilista: ‹‹Nos cuesta tomar en serio la debacle a la que nos enfrentamos. No soy un ingenuo, ni un utópico; sé que no habrá una gran revolución. A pesar de todo, se pueden hacer cosas útiles, como señalar los límites del sistema. Muchos sabemos que unas cuantas reformas no van a sacarnos del atolladero.››
Admira el vigor formal y temático de las grandes series de la televisión actual (Los Soprano, Wire…): ‹‹Me gustan las nuevas teleseries.››
Solicita que revisemos nuestra aprehensión de la realidad: ‹‹Hay que encontrar nuevas formas de conciencia.››
Desarrollo de la teoría lacaniana sobre los registros de lo real, lo simbólico y lo imaginario. (Apartado parafraseado de Wikipedia y revisado).
Zizek toma de Lacan la descripción de los conceptos de su ‘tópica’ (descrita a partir de 1953 como constituida como una estructura compuesta por tres órdenes o registros inseparables; un concepto de raíz hegeliana) y los desarrolla:
Lo real.
Lo ‘real’ no debe ser equiparado con nuestra realidad construida o expresada con palabras y símbolos. Por el contrario, lo ‘real es un término enigmático, traumático, duro, sin existencia positiva, que no puede ser expresado o simbolizado con palabras.
No todo en la realidad puede ser desenmascarado como una ficción; sólo basta con tener presente ciertos aspectos —puntos indeterminados— que tienen que ver con antagonismo social, la vida, la muerte, y la sexualidad. A estos aspectos tenemos que enfrentarlos si hemos de querer simbolizarlos. Lo real no es ninguna especie de realidad detrás de la realidad, sino el vacío que deja a la realidad incompleta e inconsistente. Es la pantalla del fantasma; la propia pantalla en sí es la que distorsiona nuestra percepción de la realidad. La triada de lo simbólico/imaginario/real se reproduce dentro de cada parte individual de la subdivisión. Hay también tres modalidades de lo real:
· El “real simbólico”: el significante reducido a una fórmula sin sentido, como en física cuántica, que como toda ciencia parece arañar lo real pero sólo produce conceptos apenas comprensibles.
· El “real real”: una cosa horrible, aquello que transmite el sentido del terror en las películas de terror.
· El “real imaginario”: un algo insondable que permea las cosas como un trozo de lo sublime. Esta forma de lo real se vuelve perceptible en la película Full Monty, por ejemplo, en el hecho de que en el desnudo de los protagonistas desempleados, estos deben desnudarse por completo; en otras palabras, a través de este gesto extra de degradación “voluntaria”, algo del orden de lo sublime se hace visible.
El psicoanálisis enseña que la realidad (postmoderna) precisamente no ha de ser vista como una narrativa, sino que el sujeto ha de reconocer, soportar y ficcionalizar el núcleo duro de lo real dentro de su propia ficción.
Lo simbólico.
Lo simbólico se inaugura con la adquisición del lenguaje; es mutuamente relacional. Así, sucede aquello de que “un hombre sólo es rey porque sus súbditos se comportan ante él como un rey”. Al mismo tiempo, siempre permanece una cierta distancia respecto a lo real (excepto en la paranoia): no sólo es loco un mendigo que piensa que es rey, lo es también aquel rey que verdaderamente cree que él es un rey. Puesto que efectivamente, este último sólo tiene el “mandato simbólico” de un rey.
· El real simbólico es el significante reducido a una fórmula sin sentido.
· El imaginario simbólico a símbolos jungianos.
· El simbólico simbólico al habla y el lenguaje con sentido en sí.
La pantalla del monitor como forma de comunicación en el ciberespacio: como una interfaz nos refiere a una mediación simbólica de la comunicación, a un abismo entre quien sea que habla y la “posición de hablar” en sí (por ejemplo el apodo, la dirección de correo). “Yo” nunca “de hecho” coincido exactamente con el significante, no me invento a mí mismo; en cambio, mi existencia virtual fue, en cierto sentido, ya cofundada con el advenimiento del ciberespacio. Aquí uno debe llegar a entenderse con cierta inseguridad, pero no puede ser resuelta como en un simulacro contingente postmoderno... Aquí también, como en la vida social, las redes simbólicas circulan alrededor de los núcleos de lo real. Esta es una respuesta a la inversión a menudo planteada por Zizek: no se trata de “¿qué podemos aprender acerca de la vida en el ciberespacio?” sino más bien, “¿qué podemos aprender acerca del ciberespacio en la vida?” Estas inversiones sirven al psicoanálisis teorético: es decir, contrario al psicoanálisis aplicado, no busca meramente analizar trabajos de arte y hacer lo que es amenazante comprensible, sino crear una nueva perspectiva en lo ordinario, renovar la sensación de extrañeza sobre la vida diaria, y por vía del objeto desarrollar más allá la teoría.
Las redes simbólicas son nuestra realidad social.
Lo imaginario.
Lo imaginario se encuentra situado al nivel de la relación del sujeto consigo mismo. Es la mirada del Otro en la etapa del espejo, el fallo en ese reconocimiento ilusorio, como concluye Lacan citando a Rimbaud: “Yo soy un otro” (“Je suis un autre”). Lo imaginario es la fantasía fundamental que es inaccesible a nuestra experiencia psíquica y se eleva de la pantalla fantasmal en la que encontramos objetos de deseo. Aquí también podemos dividir lo imaginario entre un real (el fantasma que asume el lugar de lo real), un imaginario (la imagen/pantalla en sí que sirve como cebo) y un simbólico imaginario (los arquetipos de Jung y el pensamiento New Age). Lo imaginario nunca puede ser agarrado, ya que todo discurso sobre él siempre estará localizado en lo simbólico.
Todos los niveles están interconectados, de acuerdo a Lacan (a partir del seminario XX), en una forma de nudo borromeo, como tres anillos enlazados juntos de manera que si uno de ellos se desconectara, el resto también caerían.
Fuentes.
Internet.
[http://zizekspanish.wordpress.com/] Blog sobre Zizek, con traducciones al español.
Vídeos.
Slavoj Zizek on Trump and Brexit. BBC News. Ocho minutos. [https://www.youtube.com/watch?v=2ZUCemb2plE] A favor de votar a Trump y el Brexit.
Zizek. Por que ha ganado Trump. 2016. Inglés/alemán, con subtítulos en español. Nueve minutos. [https://www.youtube.com/watch?v=PIwRypXYJHA] Un discurso en el que el filósofo esloveno intenta justificar que el deber de los progresistas es destruir el sistema, votando a Trump, al Brexit o a las alternativas protofascistas (¿por qué no a un nuevo Hitler?), porque de la consiguiente catástrofe surgiría luego un cambio definitivo. No dice qué resultaría porque la visión de ello aterrorizaría.
Vídeos.
Libros.
Zizek, S. El sublime objeto de la ideología. Siglo XXI. México. 1992. 302 pp.
Zizek, S. Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Lacan y nunca se atrevió a preguntarle a Hitchcock. Manantial. Buenos Aires. 1994. 204 pp.
Zizek, S. ¡Goza tu síntoma! Jacques Lacan dentro y fuera de Hollywood. Nueva Vision. Buenos Aires. 1994. 236 pp.
Zizek, S. Porque no saben lo que hacen. El goce como factor político. Paidós. Buenos Aires. 1998. 370 pp.
Zizek, S; Jameson, Frederic. Estudios Culturales. Reflexiones sobre el multicultura-lismo. Paidós. Buenos Aires. 1998. 188 pp.
Zizek, S. El acoso de las fantasías. Siglo XXI. México. 1999. 262 pp.
Zizek, S. Mirando al Sesgo. Una introducción a Jacques Lacan a través de la cultura popular. Paidós. Buenos Aires. 2000. 386 pp.
Zizek, S. El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología política. Paidós. Buenos Aires. 2001. 432 pp.
Zizek, S. El frágil Absoluto o ¿por que merece la pena luchar por el legado cristiano? Pretextos. Valencia. 2002. 215 pp.
Zizek, S. ¿Quién dijo totalitarismo? Cinco intervenciones sobre el (mal) uso de una noción. Pretextos. Valencia. 2002. 299 pp.
Zizek, S. Las metastasis del Goce. Seis ensayos sobre la mujer y la causalidad. Paidós. Buenos Aires. 2003. 327 pp.
Zizek, S.; Butler, Judith; Laclau, Ernesto. Contingencia, Hegemonía, Universalidad. FCE. Buenos Aires. 2003. 329 pp.
Zizek, S. (compilador). Ideología. Un mapa de la cuestión. FCE. Buenos Aires. 2003. 382 pp.
Zizek, S. Violencia en Acto. Conferencias en Buenos Aires. Paidós. Buenos Aires. 2004. 235 pp.
Zizek, S. A propósito de Lenin. Política y subjetividad en el capitalismo tardío. Atuel/Parusia. Buenos Aires. 2004. 190 pp.
Zizek, S. La Revolución Blanda. Atuel/Parusia. Buenos Aires. 2004. 93 pp.
Zizek, S. Repetir Lenin. Col. ‘Cuestiones de Antagonismo’ 29. Akal. Madrid. 2004. 157 pp.
Zizek, S. El títere y el enano. El núcleo perverso del cristianismo. Paidós. Buenos Aires. 2005. 235 pp.
Zizek, S. Amor sin piedad. Hacia una política de la verdad. Síntesis. Madrid. 2005. 191 pp.
Zizek, S. La suspensión política de la ética. FCE. Buenos Aires. 2005. 220 pp.
Zizek, S. Arriesgar lo imposible. Conversaciones con Glyn Daly. Editorial Trotta. Madrid. 2005. 168 pp.
Zizek, S. Bienvenidos al desierto de lo real. Col. ‘Cuestiones de Antagonismo’ 36. Akal. Madrid. 2005. 125 pp.
Zizek, S. Visión de Paralaje. FCE. Buenos Aires. 2006. 473 pp. Reseña de Lynch, Enrique. Devoto de Lacan. “El País”, Babelia 796 (24-II-2007) 11.
Zizek, S. Órganos sin cuerpo. Pre-textos. Valencia. 2006. 241 páginas.
Zizek, S. Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio. Debate. Buenos Aires. 2006. 313 pp.
Zizek, S. En defensa de la intolerancia. Sequitur. Madrid. 2007.
Zizek, S. Cómo leer a Lacan. Paidós. Buenos Aires. 2008.
Zizek, S. Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales. Paidós. 2009. 208 pp.
Zizek, S. El prójimo. Tres indagaciones sobre teología política. Amorrortu editores. 2010. 256 pp.
Zizek, S. Lenin reactivado.Hacia una politica de la verdad. AKAL. 2010. 320 pp.
Zisek, S. Mis chistes, mi filosofía. Trad. de Damià Alou. Anagrama. Barcelona. 2015. 176 pp. Ensayo. Fragmento: ¿Saben aquel que Zisek…? “El País” Domingo (1-III-2015) 10.
Zisek, S. Menos que nada. Hegel y la sombra del materialismo dialéctico. Trad. de A. J. Antón. Akal. Barcelona. 2015. 1.104 pp. Reseña de Jacobo Muñoz. “El Cultural” (26-II-2016) 18.
Artículos.
Zizek, S. Los sonidos de la marcha turca. “El País” (9-XII-2007) 33.
Zizek, S. Mayo del 68 visto con los ojos de hoy. “El País” (1-V-2008) 27.
Zizek, Slavoj. Defendernos del control digital. “El País” (19-IX-2013) 29. Los casos Snowden y Manning en EE UU y otros en China o Rusia muestran que hace falta una nueva ética que garantice lo que Kant llamó “el uso público de la razón”.
Zizek, Slavoj. Defendernos del control digital. “El País” (19-IX-2013) 29. Los casos Snowden y Manning en EE UU y otros en China o Rusia muestran que hace falta una nueva ética que garantice lo que Kant llamó “el uso público de la razón”.
Entrevistas.
Arribas, Sonia; Rouse, Howard. Entrevista con Slavoj Zizek. El capitalismo, estúpidos, el capitalismo. “Minerva”, 4 época, 5 (2007) 31-36.
Rodríguez Marcos, J. Slavoj Zizek / Filósofo. “Occidente practica una tolerancia virtual”. “El País” (23-III-2007) 58.
Rojo, J. A. Desayuno con… Slavoj Zizek. “Ya no existe un Dios al que pedirle cuentas”. “El País” (25-X-2007) 70.
Lenore, Víctor. Entrevista. Slavo Zizek: el filósofo de la anarquía. “El País” EP3 (1-IV-2011) 4.
Sánchez, Lara. Zizek critica la ‘falsa empatía’ por los refugiados. “El País” (23-XI-2015) 30.
Vidal-Folch,
X. Slavoj Zizek. ‘Muchas
socialdemocracias de hace medio siglo eran más radicales que Sanders y Corbyn’.
“El País” Ideas 187 (16-XII-2018).
Artículos de otros.
Martínez Bascuñán, Mariam. Zizek y Sarandon. “El País” (10-XI-2016). La posición maximalista de dos creadores de opinión, el filósofo Zizek y la actriz Susan Sarandon, respecto al fenómeno Trump, a quien Zizek prefiere antes que a Hillary Clinton porque su triunfo obligaría a los partidos a repensarse.
Pardo, J. L. Desmontando a Zizek. “El País” (30-VI-2017). Mientras otros seguían condenando el totalitarismo, él daba a los nuevos públicos las transgresoras posverdades que querían oír. Critica las contradicciones y debilidades de su pensamiento.
Elola, Joseba. Zizek, el filósofo viral. “El País” (30-VI-2017). Triunfa con sus vídeos y su lenguaje sin prejuicios en la Red; conecta con el desencanto de los jóvenes.
Vidal-Folch, X. Un provocador profesional. “El País”
Ideas 187 (16-XII-2018).
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