Filosofía: Polonia.
Listado de filósofos.
Filósofos.
El filósofo polaco Zygmunt Bauman (1925-2017).
Listado de filósofos.
Roman Ingarden (1893-1970, lógica), Wladyslaw Tatarkiewicz. (1886-1980, estética), Józef Maria Bochenski (1902-1995, filosofía de ciencia), Adam Schaff (1913-2006, marxismo), Zygmunt Bauman (1925-2017, filosofía, sociología), Leszek Kolakowski (1927-2009, historia de las ideas), Henryk Skolimowski (Varsovia, 1930),
El filósofo polaco Zygmunt Bauman (1925-2017).
El filósofo y sociólogo polaco Zygmunt Bauman (Poznan, 1925-Leeds, Inglaterra, 2017) es uno de los más influyentes pensadores actuales. De ascendencia judía, sobrevivió al Holocausto gracias a que su familia huyó en 1938 a la URSS. Se alistó en la división polaca del Ejército Rojo y fue condecorado en 1945. Volvió a Varsovia, se casó con Janina Lewinson, superviviente del gueto de la capital, una escritora que fue su compañera hasta su fallecimiento en 2009. En esos años posbélicos compaginó la militancia en el Partido Comunista, la carrera militar y los estudios universitarios.
En la posguerra fue desarrollando lentamente un pensamiento que buscaba desentrañar la sencillez dentro de la complejidad de los fenómenos sociales y culturales. Su momento de inflexión fue 1968, cuando sufrió la represión en Polonia contra los intelectuales de origen judío, y tuvo que exiliarse, primero en Tel Aviv y en 1972 en la Universidad de Leeds (Inglaterra), donde permaneció el resto de su vida.
Su fama llegó relativamente tarde, en los años 90, cuando despertó la atención editorial en Occidente como un sociólogo que iluminaba la realidad de su época, y se consolidó con la aparición en 2000 de Modernidad líquida. Desde entonces publicó decenas de ensayos, tan breves como interesantes.
Destacan sus teorías sobre la inestabilidad estructural de la sociedad contemporánea, usando los conceptos relacionados con la “modernidad líquida”, entendida como la fluidez en el tiempo, más que en el espacio, de la sociedad actual, un fenómeno creciente debido al auge de los medios de comunicación por Internet y de la tecnología digital.
En la posguerra fue desarrollando lentamente un pensamiento que buscaba desentrañar la sencillez dentro de la complejidad de los fenómenos sociales y culturales. Su momento de inflexión fue 1968, cuando sufrió la represión en Polonia contra los intelectuales de origen judío, y tuvo que exiliarse, primero en Tel Aviv y en 1972 en la Universidad de Leeds (Inglaterra), donde permaneció el resto de su vida.
Su fama llegó relativamente tarde, en los años 90, cuando despertó la atención editorial en Occidente como un sociólogo que iluminaba la realidad de su época, y se consolidó con la aparición en 2000 de Modernidad líquida. Desde entonces publicó decenas de ensayos, tan breves como interesantes.
Destacan sus teorías sobre la inestabilidad estructural de la sociedad contemporánea, usando los conceptos relacionados con la “modernidad líquida”, entendida como la fluidez en el tiempo, más que en el espacio, de la sociedad actual, un fenómeno creciente debido al auge de los medios de comunicación por Internet y de la tecnología digital.
Una entrevista a Bauman.
Arjona, Daniel. Zygmunt Bauman: “La izquierda abandonó a los débiles”. “Cultural” (22-X-2010) 10-11.
‹‹A sus 85 años Zygmut Bauman (Poznan, 1925) ha atravesado el siglo XX sin perder pie en sus más oscuros recovecos para alcanzar el XXI pleno de experiencia y lucidez. Residente en Gran Bretaña desde los 70, tras huir sucesivamente de los nazis alemanes y los comunistas polacos, antisemitas todos, a sus estudios sobre el Holocausto siguieron los fundamentales análisis sociológicos de la contemporaneidad que le han dado fama mundial. ¿Quién no se ha topado con el concepto de “modernidad líquida”, con la noción del fin de las clases medias y la eclosión de “los nuevos pobres”? ¿Cómo no sentirse interpelado por sus advertencias acerca de la disolución de las seguridades de la sociedad del bienestar, del auge de la incertidumbre, el miedo y el olvido?
P. Y sin embargo, en su obra aún prende un rescoldo de optimismo.
R. Me niego a abandonar la esperanza de que haremos lo que se debe hacer. Aunque no resulta evidente, tal y como están las cosas hoy. La tendencia a la desigualdad, que según los registros aumentaba de manera constante hasta hace poco, se ha invertido. La diferencia entre la renta per cápita que separa a los países desarrollados del resto del mundo seguía creciendo hasta hace poco tiempo, mientras que la diferencia entre los ricos y los pobres en todos o casi todos los países del primer mundo disminuía y el tema de la desigualdad social parecía firmemente bajo control en ellos... La situación actual es exactamente la contraria: el PIB de los países más ricos y de los países más pobres está acercándose e incluso colmando la diferencia que les solía separar, mientras que la distancia entre la cabeza y la cola de la jerarquía de la riqueza y de los ingresos en muchos de los países desarrollados ha vuelto a su envergadura de antaño, olvidada hace ya tiempo.
P. Nace así una nueva pobreza en los países avanzados. ¿No hay futuro para la clase media?
R. La clase media, esto es, la gran masa de población que se extiende desde los que se encuentran en la parte más alta y cuya riqueza está garantizada hasta los de la parte más baja, que tienen garantizada su pobreza, está destinada a durar tanto como la sociedad dirigida por el mercado. Pero actualmente está viviendo unos tiempos difíciles y muchos de los países endeudados hasta el cuello, que temen nuevos recortes y despidos y que afrontan la necesidad de reducir drásticamente sus niveles de bienestar, revisan a la baja su modo de vida. Hace más o menos una década, el gran pensador estadounidense Richard Rorty insinuaba que, tras décadas de “aburguesamiento del proletariado”, entraríamos en una época de “proletarización de la clase media, es decir, de la “burguesía”. Hoy en día, la insinuación de Rorty parece cada vez más una profecía que se está cumpliendo...
P. - ¿La crisis acelera la tendencia que usted señala hacia la modernidad líquida y las identidades flexibles?
R. La modernidad sigue siendo tan líquida como antes, incluso más que antes de la crisis actual, y por eso las identidades sólo pueden seguir siendo flexibles. Sin embargo, lo que cambió el hundimiento del crédito es el abanico de posibilidades que se abrió ante esas “identidades flexibles” y su capacidad para elegir e imponer lo que elijan. Para muchas personas el número de opciones probablemente se reducirá, la capacidad de elegir disminuirá radicalmente. Las generaciones más jóvenes que entran ahora en el mercado de trabajo se enfrentan a una fragilidad social que la mayoría de sus padres pudo evitar: los horrores del empleo a corto plazo y su debilidad, y asumir la necesidad de aceptar la degradación social y el drástico recorte de las ambiciones personales. Incluso la perspectiva de la humillación personal y el rechazo de la valía y la dignidad, esas pruebas del destino tan potencialmente dolorosas para la autoestima humana...
P. ¿Y la felicidad?
R. Hasta la reciente crisis la visión del mundo se construía sobre el “disfrute ahora y pague más tarde”. La felicidad estaba casi totalmente basada en una mayor libertad: más opciones, más cambios, más deseos y más emoción, experiencias no probadas y sensaciones deliciosas. Todos los demás problemas se resolverían solos. Pero actualmente nuestro mundo padece claustrofobia, cada vez más repleto de competidores. La protección de lo que ya tenemos está a la orden del día, más que la persecución de lo que todavía no tenemos. La seguridad se está desplazando, despacio aunque de manera constante, hacia el lugar que hasta hace poco ocupaba la libertad: “Asegurémonos de que nadie nos quita lo que ya hemos conseguido, más que preocuparnos de conseguir más” se convierte en el lema del día. La “seguridad” se eleva a valor supremo. Los Gobiernos buscan legitimar su poder a través de la demostración de su dureza con la criminalidad, la inmigración o el terrorismo.
P. ¿Por qué afirma que la izquierda ha olvidado su compromiso de defender a los pobres?
R. Bien, una de las razones es porque es verdad, más allá de toda duda razonable. Los partidos de izquierdas han abandonado en general -en el ejercicio de su gobierno, pero, cada vez más, también en sus declaraciones- la causa del más débil: de los pobres, de los humillados, de los abandonados o los discriminados. Olvidaron e incluso rechazaron abiertamente los dos principios axiomáticos en los que se basa la crítica izquierdista del statu quo: primero, que la comunidad tiene el deber de asegurar a cualquiera de sus miembros frente a un infortunio individual, y segundo, que la calidad de la sociedad debería medirse, no en función del bienestar medio de sus miembros, sino del de sus partes más débiles. En su lugar, compiten con la derecha política por allanar el camino al gobierno de los mercados y de la filosofía que fomentan con hechos y palabras, a pesar de la creciente injusticia, la desigualdad y el sufrimiento que ello conlleva. Mientras, la extrema derecha y los movimientos populistas recogen los postulados que la izquierda abandonó pretendiendo ser sus engañosos defensores, mientras desvían a la gente del verdadero origen de su desgracia.
P. Sus tesis seducen a los antiglobalizadores. ¿No observa una globalización positiva?
R. Hasta ahora, sólo hemos presenciado la globalización negativa, es decir, la globalización de fuerzas como las finanzas, el comercio de materias primas, la información, la criminalidad, el terrorismo, las drogas y el tráfico de armas que son fuerzas que, a pesar de sus profundas diferencias, están unidas por su costumbre y su intención de “violar las fronteras”: por su resistencia, su rechazo y su inobservancia de las leyes locales, los valores, las costumbres y los intereses y por el incumplimiento de la voluntad de los “nativos”. Todavía no hemos empezado en serio la globalización positiva: la ardua lucha para diseñar, construir y poner en marcha unas verdaderas instituciones políticas y judiciales globales y con iniciativa, con el derecho y la capacidad de controlar y supervisar las actividades de todas esas fuerzas actualmente desenfrenadas y de adelantarse a las consecuencias destructivas y catastróficas de sus promesas.
P. ¿Qué valor tiene para usted el premio Príncipe de Asturias?
R. El Príncipe de Asturias es más importante para mí que cualquier otro galardón porque viene de España, la tierra de Miguel de Cervantes el autor de la mejor novela que jamás se ha escrito y el padre fundador de las humanidades. Cervantes fue el primero en lograr lo que todos los que trabajamos en las Humanidades tratamos de hacer con un éxito dispar. Como dijo otro novelista, Milan Kundera, Cervantes envió a Don Quijote a rasgar los telones cosidos entre sí con remiendos de mitos, máscaras, estereotipos y prejuicios, cortinas que cubren firmemente el mundo en el que vivimos y que nos esforzamos en comprender. Pero estamos destinados a luchar en vano mientras el telón no se alce o no se rasgue. Don Quijote no era un conquistador, fue conquistado. Pero en su derrota demostró que todo lo que podemos hacer frente a esa ineluctable derrota llamada vida es tratar de comprenderla.››
Fuentes.
Internet.
Libros de Bauman.
Bauman, Zygmunt. Modernidad y Holocausto. Sequitur. Madrid. 1997. 18 más 399 pp. Inspirado por Hannah Arendt, deriva el totalitarismo genocida del desarrollismo modernizador.
Bauman, Zygmunt. La modernidad líquida. FCE. Barcelona. 2002. 203 pp.
Bauman, Zygmunt. Vida líquida. Paidós. Barcelona. 2006. 206 pp. Reseña de Gil Calvo, Enrique. Corrosión de las instituciones. “El País”, Babelia 782 (18-XI-2006) 12. Reseña de Tamayo, J.J. Una apelación a la utopía. “El País” Babelia 821 (18-VIII-2007) 9.
Bauman, Zygmunt. Europa, una aventura inacabada. Losada. Madrid. 2006. 213 pp. Reseña de Pardo, José Luis. Una Europa sin identidad. “El País”, Babelia 792 (27-I-2007) 12.
Bauman, Zygmunt. Mundo consumo. Paidós. Barcelona. 2010. 385 pp.
Bauman, Zygmunt. 44 cartas desde el mundo líquido. Paidós. Barcelona. 2011. 213 pp. 44 artículos sobre la sociedad (consumismo, educación, valores sociales…) publicados en la revista italiana “La Repubblica delle Donne” en 2008-2009, con un lenguaje muy claro y didáctico, coloquial.
Bauman, Zygmunt. Bauman. Esto no es un diario. Varios traductores. Paidós. Barcelona. 2012. 259 pp. Reseña de Sarabia, Bernabé. “El Cultural” (13-VII-2012) 21.
Bauman, Zygmunt. Sobre la educación en un mundo líquido. Trad. de Dolores Payás. Paidós. Barcelona. 2013. 151 pp.
Bauman, Zygmunt; Donskis, Leónidas. Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida. Paidós. Barcelona. 2015. 272 pp.
Bauman, Zygmunt; Bordoni, Carlo. Estado de crisis. Trad. de Albino Santos. Paidós. Barcelona. 2016. 157 pp. Reseña de Estefanía, J. El fantasma de la indignación. “El País” Babelia 1.259 (9-I-2016) 3. Entrevista de De Querol, Ricardo. Zygmunt Bauman. ‘Las redes sociales son una trampa’. “El País” Babelia 1.259 (9-I-2016) 2-3.
Bauman. Z. Retrotopía. Trad. de Albino Santos. Paidós. 2017. 176 pp.
Bauman, Z.; Fraser, Nancy; Illoux, Eva; Zizek, S. Et al. El gran retroceso. Seix Barral. Barcelona. 2017. 352 pp. Compilación de ensayos.
Artículos.
Bauman, Zygmunt. “La izquierda abandonó a los débiles”. “Cultural” (22-X-2010) 10-11.
Bauman, Zygmunt. Mensajeros de la globalización. “El País” Ideas (1-XI-2015) 8-9. Reflexión sobre los refugiados e inmigrantes.
Entrevistas a Bauman.
Arjona, Daniel. Entrevista. Zygmunt Barman: “La izquierda abandonó a los débiles”. “Cultural” (22-X-2010) 10-11.
Entrevista a Bauman. [http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/filosofia/Zygmunt-Bauman-certeza-incertidumbre_0_626337554.html]
Manrique Sabogal, W. El futuro es ‘puntillista’. “El País” (25-VIII-2014) 35. El diálogo digital entre Zugmunt Bauman y Gustavo Dessal sobre el rumbo del mundo contemporáneo.
De Querol, Ricardo. Zygmunt Bauman. ‘Las redes sociales son una trampa’. “El País” Babelia 1.259 (9-I-2016) 2-3.
Libros de otros.
Béjar, Helena. Identidades inciertas: Zygmunt Bauman. Herder. Barcelona. 2007. 205 pp. Reseña de Gil Calvo, E. Retrato intelectual del ensayista líquido. “El País” Babelia 821 (18-VIII-2007) 9.
Artículos de otros.
El filósofo polaco Wladyslaw Tatarkiewicz (1886-1980).Artículos de otros.
Estefanía, J. Bauman, el pensador viral. “El País” (12-I-2017).
Aguilera, Rocío. ‘Cuando un gran icono legitima tu angustia merece un aplauso’. “El País” (12-I-2017). Gomá, Cortina, Rendueles y Garcés comentan al pensador.
Pita, Antonio. La advertencia póstuma del pensador Zygmunt Bauman. “El País” (25-IV-2017).
El filósofo polaco Leszek Kolakowski (1927-2009).
Leszek Kolakowski (1927-2009), fue un filósofo e historiador de las ideas, que aunó su ideología marxista y el catolicismo.
Rojo, J.A. Leszek Kolakowski, el filósofo que trituró el marxismo. “El País” (20-VII-2009) 34.
El filósofo polaco Henryk Skolimowski (1930).
Henryk Skolimowski (Varsovia, 1930), doctorado en Oxford y profesor universitario en EE UU, es considerado el padre de la ecofilosofía y propone una ética participativa que supere la contraposición del hombre con la naturaleza.
Skolimowski, Henryk. La mente participativa. Trad. de Juan Arnau y Su Lleó. Atalanta. 2016. 484pp. Reseña de Pron, Patricio. Hemos nacido en tiempos difíciles. “El País” Babelia 1.303 (12-XI-2016).
Wladyslaw Tatarkiewicz (Varsovia, 1886-1980). Filósofo polaco. Fue profesor en las universidades de Varsovia (1915-1962), Poznan (1921-1923) y Berkeley (1967-1968). Es autor, entre otros títulos, de La disposición de los principios aristotélicos (1910), Historia de la filosofía (1931-1950), Sobre la felicidad (1947) e Historia de los filósofos de la estética (1960-1967).
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