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miércoles, 8 de julio de 2020

La filosofía helenística hasta el cristianismo.

LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA HASTA EL CRISTIANISMO .

LOS SOCRÁTICOS.

EL CINISMO.


EL EPICUREÍSMO DEL SIGLO III AC.
Epicuro y el epicureísmo.
Epicuro (341-270 aC) funda el epicureísmo, que, por contra, huye de la realidad, quiere eliminar las grandes inquietudes que impiden la felicidad humana: el miedo a los dioses, al dolor y a la muerte. Su ética, un hedonismo razonable y moderado, entiende la felicidad como el placer, en el sentido de un estado permanente, sin perturbaciones, que consiste principalmente en la ausencia del dolor. La física epicúrea introduce la noción de libertad en el atomismo democritiano. Durante el imperio romano fue un movimiento filosófico minoritario, pero prestigioso.
Monserrat Jufresa. Conferencia en Palma de Mallorca: La figura del sabio en Epicuro (22-V-1997). La teoría de Epicuro no ha llegado en un texto de selecciones, realizadas por Diógenes Laercio. Jufresa, profesora de filología griega, se basa en un texto de Philoponus, para el que la sofía es un concepto amplio, tanto de saberes (habilidades) prácticos, como intelectuales, científicos y divinos. Aristocles relaciona sofía con ocio. ¿Cómo era el sabio antes de la época helenística?
Sofos se relaciona con la luz. Sofía equivale a tek­ne y temis, a kosmein (ordenar). Sofista es el experto en una técnica y se aplica a todo artifex. La sofía se aplica a la medicina, arquitectura, artesanía, política, filosofía de la naturaleza (por los fisiologoi), etc. Sabio y sofista significan lo mismo. Los Siete Sabios abordan el ordenamiento de la ciudad.
Epicuro es escéptico, cree que nadie es más sabio que otro, pero que se precisan unos principios de certeza. El sabio debe experimentar el sentimiento (como medio de conocimiento). Defiende el valor de la amistad. No hay que temer el dolor y la muerte. Hay en Epicuro cierto racismo. Son ascéticos y frugales. El placer es la sensación que se tiene cuando no siente necesidad de nada, una vez cubiertas las necesidades básicas. Puede escribir para la posteridad. Estará integrado en la vida social. No se casará ni participará en la vida política. Vivirá en el campo. Será un filántropo. No será poeta, ni será orador, pero dialogará sobre la música o la poesía [o el arte]. Podrá cobrar por necesidad, ya que no debe limosnear. El sabio no ha de enamorarse (da muchos males de corazón y mente). Nunca se hacen prohibiciones extremas, así hay mujeres en el jardín de Epicuro y se casaron con sus discípulos. Lucrecio compartirá esa solución de que casarse es bueno si se encuentra una esposa adecuada. No hará política. Se encierran en el jardín, pero a veces se puede salir para participar en la sociedad. Ataraxia: imperturbabilidad como fuente de la felicidad.
Epicuro pide que el hombre se conforme, que no proteste, sea egoísta. Había una jerarquía en la secta epicúrea, con un noviciado y unos maestros. Casi rechazan las palabras, por lo que no escriben apenas. Razonar, pero sin errores, que son fuente de infelicidad. Son ateos y fueron muy atacados por otras escuelas filosóficas de su época y por el cristianismo. Persistió como escuela siete siglos, hasta el siglo IV d.C. Había un elevado sincretismo entre las escuelas helenísticas, como se demuestra en las coincidencias entre epicureísmo y estoicismo.

La teoría del conocimiento.
El atomismo.
Epicuro y sus dioses.
La ética epicúrea.
Placer y felicidad.
La teoría de la amistad.
La historia del epicureísmo.

LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA GRIEGA.
El helenismo: las nuevas estructuras sociales.
La desarticulación de la Polis.
La economía griega en la época de Alejandro.

PREDICACIÓN MORAL, ESCEPTICISMO Y NUEVA ACADEMIA EN LOS SIGLOS III Y II AC.
El escepticismo.
El escepticismo de Pirrón, y después de Arcesilao y de Carneades, ambos miembros de la segunda Academia platónica, trata de llegar a la tranquilidad del alma con una visión del mundo que no resulte opresiva, sino que permita la liberación interior; dejaba al hombre en el mundo, pero le liberaba de él. Más tarde, Sexto Empírico será otro destacado escéptico.

Pirrón de Elis.
Pirrón de Elis (360-270), natural de Elis, ciudad provincial al noroeste del Peloponeso, fue el primer filósofo escéptico, iniciador de la escuela conocida como pirronismo, fundada por Enesidemo en el siglo I aC.

El escepticismo de la Academia: Arcesilao.
Arcesilado (315-240), natural de Pitane (Eólida), fue el fundador de la Segunda Academia platónica.

Panecio y la ética social. Un estoico del siglo I aC.

Posidonio: Cosmos y simpatía.
Posidonio de Apamea (c. 130-50 aC), un sirio helenizado, fue un célebre doxógrafo, el último gran investigador de los presocráticos después de Aristóteles y Teofrasto. 
Es considerado el último filósofo griego estoico, antes de los estoicos romanos.
Mantuvo la tesis de que el pensamiento oriental era la raíz de la filosofía griega, incluida la doctrina de los átomos.
Su teoría influyó sobre el judío alejandrino Filón, que afirmó que Moisés había poseído ya la sabiduría de los filósofos griegos, incluido Platón y su teoría de las Ideas.

La filosofía helenística romana.
El mundo romano recibió notablemente las enseñanzas de los estoicos (el movimiento dominante) y epicúreos, pero, durante el siglo II dc, se iba sumergiendo en supersticiones orientales. Surgieron neomovimientos: neopitagorismo, platonismo medio, estoicismo tardío, etc., que influyeron en un amplia variedad de movimientos filosófico-religiosos que incorporaban categorías filosóficas helenísticas, pero con una actitud fundamentalmente religiosa: el zoroastrismo bajo la forma del mitraísmo y el maniqueísmo, el isismo, el cristianismo, el gnosticismo, el hermetismo, etc. En tales circunstancias, la sabiduría helénica experimentó un último sobresalto e, invocando a Platón, dio el último gran movimiento filosófico de la Antigüedad, el neoplatonismo iniciado por Plotino (203-270), quien consiguió sintetizar el platonismo y la nueva religiosidad en un sistema cerrado y total, una metafísica complicada pero que puede considerarse como fuente de todas las metafísicas medievales y aun modernas, pues influyó en los pensadores cristianos, tanto orientales (Areopagita, Máximo), como occidentales (Agustín, Erígena). Plotino, en suma, con su idealismo total y reflexivo, cierra la filosofía griega, que se había iniciado bajo un idealismo ingenuo.

Cicerón.

Lucrecio.
Greenblatt, Stephen. El giro. De cómo un manuscrito olvidado contribuyó a crear el mundo moderno. Trad. de Juan Rabasseda y Teófilo de Lozoya. Crítica. Barcelona. 2012 (2011 inglés). 319 pp. El hallazgo en el siglo XV y la posterior influencia de De rerum natura de Lucrecio.

La temática lucreciana y la renovación del epicureísmo.

El concepto de Materia.

La estructura del De rerum natura.


EL ESTOICISMO.

El antiguo estoicismo.
El estoicismo (de Stoa, pórtico) fue el sistema que mejor caracterizó a la época helenística, desde que apareció en los últimos años del siglo IV aC. Su iniciador fue Zenón de Citio (336-264), de origen fenicio, profundamente influido por las categorías semitas, quien contó con numeroso discípulos. Durante el imperio romano fue el movimiento filosófico dominante, hasta la llegada del neoplatonismo en el siglo II dC.

La influencia actual del estoicismo.
Hernández de la Fuente apunta que el estoicismo sigue de actualidad gracias al interés por la búsqueda de la serenidad: ‹‹Para ellos la forma de vivir bien empezaba por pensar correctamente: la filosofía es la salvación. Lo sabio es aceptar cómo funciona este mundo, regido por la razón divina, y cumplir su cometido esencial, como todos los demás seres vivos, fijándose en su telos, que en el caso humano es de índole social y colectiva: cooperar con la providencia (pronoia), asumiendo nuestro destino (heimarmene), y llevarlo a la excelencia mediante la práctica (askesis) filosófica. De ella se sigue el mejoramiento individual mediante virtudes como el autocontrol ante las pasiones y las percepciones erróneas o la templanza frente a lo que parece adversidad, lo que facilita una vida “según naturaleza” (kata physin) centrada solo en lo que de uno depende. (…) se pondera el desapego de las pasiones y de los aparentes bienes, en busca de una serena autosuficiencia que nos permita ser libres, sobre todo, frente al miedo al futuro o a la muerte. Su estoicismo propone liberarse de turbaciones y tomar el control en un movimiento centrípeto de autoconciencia, rechazando las opiniones y apariencias en medio de los muchos reclamos cotidianos que nos distraen constantemente. Esto lo hace quizá muy atractivo al hombre de hoy, asediado por la tiranía de sus pantallas.››

 
[Hernández de la Fuente, David. La permanente novedad del estoicismo. “El País” Babelia 1.669 (18-XI-2023). / https://elpais.com/babelia/2023-11-15/la-permanente-novedad-del-estoicismo.html]

El estoicismo: La filosofía del Logos.
El estoicismo trata de conseguir la felicidad incorporando el hombre al mundo de que forma parte, en un inmersión en la realidad, en un «vivir de acuerdo con la naturaleza». El sistema estoico se sustentaba sobre una explicación de la naturaleza (física) y una teoría de la demostración práctica (lógica inductiva), y volvió al concepto unitario del universo propuesto por los presocráticos jonios: el todo es el logos, identificado con el fuego, la providencia o el espíritu (pneuma), mientras que la realidad (incluido el hombre) es una variada manifestación de este logos.

Los fundamentos de la lógica estoica.
La física estoica.
La física estoica se basa en la idea del esfuerzo. Los únicos seres de la naturaleza son los cuerpos, en los que la fuerza es inseparable de la materia. Esta fuerza o tensión origina el movimiento y la armonía.

La psicología de los estoicos.
La ética estoica y el ideal de la sabiduría.
La moral estoica se basa igualmente en la idea del esfuer­zo por alcanzar la virtud, que consiste en vivir conforme a la naturaleza, es decir, conforme a la razón, resignándose ante el destino.

Individuo y Polis.

Séneca y el nuevo estoicismo.

La moral de Séneca.

El senequismo y su influencia.

Epicteto.
Epicteto, un ex-esclavo cojo que fue manumitido, desarrolló una escuela en su ciudad de provincias, se convirtió en una de las figuras del estoicismo. Su pensamiento nos ha llegado gracias a que su discípulo Arriano compiló sus notas de clase y las publicó en un Manual

Los “deberes” del hombre.

Marco Aurelio y los “deberes del emperador”.
Marco Aurelio: ‹‹Evita los rodeos, la naturaleza no los da.››

EL NEOPLATONISMO.
Plotino y el neoplatonismo.
Plotino (205-270), viajero por Persia y la India, psicólogo, esteta, místico, el último gran racionalista helénico, inspirador del teocentrismo medieval, es desde su establecimiento en Roma en 245 el adalid del neoplatonismo, de la vuelta a Platón (junto a Aristóteles y los estoicos), con una lectura crítica que le supera. Su importancia es doble, por su influencia en la alta sociedad pagana romana (como Juliano el Apóstata un siglo después) y porque permite incorporar los temas y las formas clásicas al balbuciente cristianismo.
Sus obras estéticas principales, formando parte de las Eneadas, son: Tratado de lo bello, y Tratado de la belleza inteligible, de tesis platonianas en lo esencial pero con unas importantes diferencias.
Mientras Platón concebía el Universo como una pirámide jerárquica, con las Ideas dominando a las Formas sensibles y consideraba a las Ideas como encarnación del Bien, la Verdad y la Belleza absolutos, Plotino introduce un matiz: asimila la Idea al Dios Unico, impersonal, origen de todo, un Dios que será en sí mismo el Bien, la Verdad y la Belleza absolutos.
Otro concepto propiamente plotiniano será el de la emanación, de modo que todo emana de la Luz (Dios), de lo que sigue que «lo bello es lo que brilla». Si el hombre desea una visión de Dios, de la verdadera belleza, debe cumplir un proceso de introspección buscando la belleza en su propia alma. Porfirio, discípulo de Plotino, «decía de su maestro que caminaba como quien se siente avergonzado de tener cuerpo» [Pevsner. Breve historia de la arquitectura europea: 22.].
Estas teorías no rehusan la belleza sensual (Plotino admira las artes visuales y no usa la música o la literatura para dar ejemplos), pero reducen su valor, pues consideran al arte como una sombra de la Idea. Así, el arte debe tener una función moral, como escalón para alcanzar la verdadera belleza, de modo que el hombre debe al­zarse sobre la mera belleza física si no quiere perder su alma.
En suma, para Plotino el fin supremo del alma humana es liberarse de la inclinación hacia lo sensible, pues por naturaleza pertenece a un mundo más alto. Deberá purificarse el cuerpo (catarsis), si bien Eros puede llevar a la Belleza suprasensual a través de la belleza sensual, que no es negativa, sino cuando se confunde con su soporte material.

Las Enéadas y sus ediciones.

Plotino, intérprete de la ontología de Platón.

Unidad y emanación.

La escuela neoplatónica.
La influencia de la teoría neoplatónica será evidente en la Patrística, y durará hasta el mismo siglo XIII.
El neoplatónico Proclo (siglo V dc) escribió unos comentarios de Platón.


Hypatia
Hypatia (355-415), la última filósofa pagana..

Cristianismo y filosofía.

Las condiciones históricas y sociales.
Bandinelli nos refiere que la crisis del Imperio es al mismo tiempo política, económica, social y, sobre todo, espiritual, en la filosofía y en la religión. «En el abandono de la tradición helenística, en el gran giro que pone fin al arte de la antigüedad y señala el comienzo de la cultura artística bizantina y medieval, han actuado antes que nada fermentos internos de la sociedad romana, que han conducido a un profundo cambio de sus estructuras e ideologías y, por tanto, de su expresión artística» [Bandinelli. Del Helenismo a la Edad Media: 146.]
Esta crisis espiritual la advertimos ya en las Meditaciones de Marco Aurelio, hacia 170 dc: «Adonde puede un hombre retirarse mejor que a su propia alma».
En lo religioso el politeísmo pagano (tan racional y tolerante) va siendo sustituido progresivamente a lo largo del siglo III por las religiones orientales: mitraísmo, culto de Isis, etc., y sobre todo por el propio cristianismo. Estos cultos se asemejan en su monoteísmo (a veces encubierto), las prácticas rituales y místicas, y la vertiente de la irracionalidad.
El cristianismo aportó una nueva teoría del destino humano. Los apologetas de la Iglesia primitiva entraron en polémica con la filosofía y la cultura paganas, pero terminaron por servirse de ellas. Entre los Padres de la Iglesia, la primera gran personalidad filosófica fue san Agustín, que unió a su gran humanidad un profundo conocimiento del estoicismo y el neoplatonismo.


Influencias neopitagóricas, platónicas y estoicas.

La Patrística.

La estética en la Patrística.
San Agustín unirá el concepto plotiniano de Luz al clásico de la Proporción, aunando el Neoplatonismo y la cultura grecorromana. Los autores principales, entre los siglo III y VI, tanto en Oriente como en Occidente, desde San Jerónimo hasta San Gregorio Magno, cristianizan los contenidos y las formas clásicos, sin llegar jamás a una ruptura total. Herederos de lo clásico, formados en sus libros, no podían dejar de estar influidos por el mundo antiguo.
No surgen en la Edad Media tratados sistemáticos sobre la Estética, pues la belleza es un atributo exclusivo de Dios, siendo la belleza sensible un mero reflejo (por emanación) de la Belleza, pero sí se dan opiniones extrapolables a una esté­tica general, resumible en cinco puntos:
- Toda forma natural sólo será bella si «participa» por reflejo de los atributos de la Divinidad. El Arte es un medio para acceder a la Belleza, a Dios.
- El culto a la proporción, de influencia pitagórica y clásica, se cristianiza. Para San Agustín, nuestro Dios, único e inmutable, ha creado el mundo según leyes de armonía y orden, de rango numérico. Esto revaloriza las artes que utilizan las matemá­ticas, en especial la música y la arquitectura, mientras que las artes plásticas se desprecian como ilusorias.
- La fuerte tendencia hacia el simbolismo. El símbolo y la alegoría son conceptos que surgen de la obra de Plotino y de fuentes bíblicas. El símbolo será un paso más en la ascensión hacia Dios. Cristo será el Buen Pastor, el demonio será la serpiente. Así la función del arte será mostrar la realidad trascendente, con signos espirituales y esquemáticos, incluso sustituyendo la figuración con signos convencionales.
- La atracción por la luz y el brillo.
- La utilidad de la belleza, la “utilitas” como norma artística, ya defendida por San Basilio en el siglo IV. El Génesis dice que si el mundo es hermoso es por­que alcanzó los motivos por los que fue creado. Esta tesis influirá luego en la polémica iconoclasta.
En definitiva la Patrística establece el dogma artístico de que el contenido del Arte lo fija el teólogo, mientras que el artesano será un simple ejecutor de sus órdenes. Sólo el hombre santo capta la verdadera belleza.
La belleza terrestre es pues sólo una Teofanía, una manifestación simbólica de la belleza de Dios y por ello se cristianizan el número y la proporción. Así, el baptisterio es usualmente octogonal porque el 8 es un número simbólico de la Resurrección, en el octavo día tras la Creación, y en Cluny se prestigia la relación 1/3 como símbolo de la Trinidad.
El arte figurativo puede verse así desde dos posiciones: 1) aceptado como Teofanía, 2) rechazado como poco divino o demasiado natural. Esta polémica perdurará hasta el siglo IX.
En la polémica intervienen factores contradictorios: la crisis tardorromana es a la vez política, económica, social, cultural y religiosa, con la oficialización y extensión de una religión oriental, servida por intelectuales educados en la tradición cultural grecorromana, mientras que al mismo tiempo se tiende a una semidivinización del emperador (de acuerdo a influencias también orientales, ya presentes en la época clásica de Augusto).
1) A favor de la imagen religiosa hay factores como:
- La relevancia político-religiosa de la imagen del emperador, plasmada en todos los lugares del Imperio.
- La iconodulia siempre presente en las religiones al venerar los objetos asociados a los santos o a la Divinidad (las reliquias santas), dotados de un sentido mágico si tienen una «autenticidad inherente». Esta icodulia es evidente ya en los primeros siglos del cristianismo. San Gregorio Magno establecerá que basta cualquier objeto tocado por un cuerpo santo.
2) En contra de la imagen religiosa hay factores como:
- La raíz judía de la religión cristiana, siempre contraria a las imágenes.
- La actitud de las clases elevadas del Imperio, que rechazan la figuración por estar asociada a las clases bajas.
3) La vía intermedia se sostiene sobre la filosofía neoplatónica, defendida por Plotino, que valora las imágenes como portadoras de belleza, aunque con severas condiciones.
Estas tres líneas confluyen sobre la doctrina de la Patrística, explicando la dificultad de un criterio uniforme. Las dos posiciones fundamentales serán durante largo tiempo:
1) Rechazo de las imágenes artísticas, con San Clemente de Alejandría (siglo III) y San Agustín (siglo V). Este dirá: «La belleza no puede percibirse en ninguna materia corpórea».
2) Aceptación de las imágenes artísticas siempre que tengan un carácter religioso, por su valor simbólico, no por su valor como ídolo.
Esta polémica se extiende a Bizancio, que sufre la crisis iconoclasta, y el Islam, que como todas las religiones semíticas rechaza o minusvalora desde un principio la imagen. En Occidente la polémica queda marcada por la invasión de los pueblos germánicos, que por un lado acrecientan el poder de la Iglesia y por el otro traen su propia tradición no figurativa.
Hasta el siglo VI, con el papa San Gregorio Magno (590-604), no se llega a un criterio común en Occidente, que perdurará hasta el siglo XIV. En una carta al obispo iconoclasta de Marsella, el papa acepta el papel de las imágenes religiosas, por su función utilitaria de docencia (no por la de la veneración), pues la imagen potencia la aprehensión de los contenidos orales (era una cultura iletrada) y estimula una conducta correcta de los fieles (por su impacto emocional). 

El gnosticismo.

La escuela de Alejandría.

Clemente y Orígenes: la síntesis de filosofía y revelación.

La filosofía de Basilio y Gregorio Naciano.

Gregorio de Nicea.

El neoplatonismo greco-cristiano: el Pseudo-Dionisio.


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